¿Sabías que, el significado de las máscaras en la lucha libre mexicana está tan profundamente arraigado en la cultura que, si un luchador jamás fue desenmascarado en el ring en vida, puede ser enterrado con su máscara puesta?
No se trata solo de cubrir el rostro, esto va más allá porque se trata de proteger la identidad, rendir tributo a un linaje y mantener viva la mística del personaje hasta el final.
Si estás por ir a ver un encuentro de lucha libre mexicana o te da curiosidad y quieres aprender al respecto, en este artículo te contaremos qué significan las máscaras en la lucha libre, por qué los luchadores usan máscaras y más, así que quédate y descubre todo respecto a este tema.
El significado de las máscaras en la lucha libre mexicana tiene raíces profundas que combinan historia, identidad y espectáculo, como te comentamos más arriba.
Aunque hoy forman parte esencial del folclore popular, el origen de las máscaras en la lucha libre está ligado a un momento muy específico, que fue cuando este deporte se formalizó como un espectáculo organizado en México a inicios del siglo XX.
La historia de las máscaras en la lucha libre comenzó en los años 30, cuando Salvador Lutteroth, llamado el padre de la lucha libre mexicana, presenció una función en Texas donde un luchador usaba una máscara.
Fascinado con el dramatismo y la conexión de este con el público, tomó la idea y la trajo a su país decidido a implementarla. Tiempo después, en 1933 fundó la Empresa Mexicana de Lucha Libre (EMLL), y en 1939, el luchador Murciélago Velázquez se convirtió en el primero en usar una máscara dentro del ring mexicano.
Esta acción tuvo tal impacto que, a partir de ahí se marcó el inicio de una tradición que no ha dejado de evolucionar desde entonces.
En la lucha libre mexicana, el significado de las máscaras en la lucha libre mexicana va mucho más allá de lo estético: es proteger la identidad de los luchadores mexicanos, y es un símbolo de respeto y linaje. Cada luchador adopta un personaje que representa valores, mitos o emociones, y la máscara se convierte en su emblema.
Esta “segunda piel” no solo lo convierte en un ícono dentro del ring, también protege su vida personal, permitiéndole separar su carrera pública de su día a día privado.
Para que entiendas un poco más de la cultura de la lucha libre mexicana y su importancia, si un luchador rival le arranca la máscara de forma intencional a su oponente durante una pelea, esto es motivo inmediato de descalificación.
Pero eso no termina ahí, ya que si en una lucha de apuestas, el peleador pierde, este deberá revelar su nombre real, mostrar su rostro y retirarse de esa identidad de forma definitiva, lo que, en muchos casos, eso significa el fin del personaje y, con él, el final de su carrera profesional.
Cada máscara es única e irrepetible, diseñada exclusivamente para el luchador que la porta, por tanto, no se comparte ni se replica. Para su confección, los peleadores suelen inspirarse en creencias familiares, herencias culturales, animales de poder o incluso superhéroes favoritos.
Asimismo, los colores, símbolos y formas ayudan a construir la personalidad de cada personaje, es decir, si es rudo o técnico, agresivo u honorable, misterioso o justiciero, entre otros. Además, muchos luchadores heredan el legado visual de generaciones anteriores.
Hay dinastías donde el diseño de la máscara se va transformando ligeramente para reflejar la evolución de cada nueva etapa, manteniendo siempre elementos similares al diseño original como muestra de respeto por su origen.
Entre todas las máscaras que han subido al ring, hay una que se convirtió en leyenda: la máscara plateada de El Santo. Esta es una de las máscaras icónicas de la lucha libre, debido a que no solo fue un luchador icónico, también protagonizó películas, apareció en cómics y se convirtió en símbolo nacional.
Su imagen trascendió el deporte hasta convertirse en uno de los personajes famosos de la lucha libre enmascarados y figura de culto dentro y fuera de México. De hecho, su máscara es, en la actualidad, reconocida en muchos países como un emblema de la lucha libre mexicana.
Aunque en sus inicios las máscaras de luchadores mexicanos se confeccionaban con telas rígidas, hoy las máscaras se elaboran con materiales como lycra, vinil, neopreno, satín o piel sintética que son más manejables.
Estos tejidos permiten mejor ventilación, resistencia al sudor, mayor durabilidad y libertad de movimiento. Las máscaras se fabrican a medida y muchas veces incluyen bordados personalizados, relieves o detalles simbólicos según el personaje.
A pesar de los avances en materiales y técnicas de confección, el simbolismo de las máscaras de lucha libre y respeto por esta como ícono de la cultura luchística mexicana se mantiene intacto.
Ver lucha libre en México es más que solo ver una pelea, se trata de vivir una función cargada de emociones, historia y folclore. La cosa es así: desde que entras a la arena, el ambiente es electrizante, con máscaras por todos lados, gritos del público, luces, música, y ese presentimiento de que algo épico está por suceder.
No importa si vas por primera vez o ya eres un fiel fan, todas las veces que vayas, la lucha libre tendrá algo que te va a sorprender.
¿Quieres razones más detalladas de por qué disfrutar de lucha libre y folclore mexicano? Son estas las que te harán querer vivirla en carne propia:
La lucha libre es parte de la cultura popular desde hace casi un siglo. Está al nivel de los mariachis, el Día de Muertos y el pozole y por si fuera poco, es Patrimonio Cultural Intangible en México, ¡así de importante es!
Hay familias enteras que siguen a sus luchadores favoritos como si fueran superhéroes reales, y asistir a una función es casi un ritual nacional.
Los movimientos aéreos, los saltos desde la tercera cuerda, las caídas dramáticas y los regresos heroicos es algo que te roba el aliento… es como una obra de teatro con puñetazos, pero con gritos incluidos y máscaras muy llamativas.
Cada función tiene su historia y sus villanos, y tú como parte del público serás parte activa del show.
Entre rudos y técnicos, el ring se vuelve una guerra de pasiones. Ver a la gente gritar, corear, silbar o apoyar a su luchador favorito es una experiencia colectiva y muy contagiosa. De hecho, te metes tanto en la función que terminas elogiando o no a los peleadores, como si tú también pelearas.
Cada máscara tiene historia, y verlas en vivo, tan cerca, es como estar en una pasarela de identidad mexicana. Hay diseños imponentes, misteriosos, coloridos y legendarios que seguro disfrutarás.
A diferencia de otros espectáculos, la lucha libre en México sigue siendo cercana. Puedes conseguir entradas desde precios muy bajos, estar cerca del ring, tomar fotos con luchadores y comprar souvenirs únicos. Es entretenimiento puro, sin filtros y sin necesidad de perder un ojo de la cara para disfrutarlo.
Desde la Arena México en CDMX hasta arenas más pequeñas en barrios locales, cada sede tiene su vibra, su afición y su historia. En algunos lugares incluso puedes cenar, tomar una cerveza y ver la función como si fuera una noche de viernes cualquiera… pero con llaves voladoras y un ambiente muy animado.
Ahora bien, seguro en este punto ya estás ansioso/a por descubrir cuáles son esos lugares donde ver la lucha libre en México y para eso te planteamos estas opciones en la CDXM:
Usualmente, hay funciones entre tres a 4 veces por semana y suelen ser los martes, jueves y domingo, pero te aconsejamos revisar los eventos o fechas para que no te pierdas ninguna.
La Arena de Ciudad de México es considerada el mejor punto para ver lucha libre porque es amplia, con capacidad para 13.000 personas y porque es la Sede Oficial del Consejo Mundial de Lucha Libre (CMLL) pero ten en cuenta que no se permite la entrada con cámaras profesionales al espacio y que el encuentro dura cerca de 2 horas.
Incluso, pueden tener precios un poco más elevados si hay algún evento, si son funciones especiales, peleas de campeonato o con invitados internacionales, por lo que debes revisar las opciones disponibles en Ticketmaster México o directamente en las taquillas de la Arena México para ver la disponibilidad y precios.
Esta sede fue la primera arena en América Latina con aire acondicionado que fue inaugurada por Salvador Lutteroh en 1943. Es un espacio amplio para que 6.863 personas puedan vivir los encuentros más emocionantes, especialmente los sábados a las 19:30 hrs que son los encuentros con los luchadores más icónicos.
Como con el anterior ejemplo, en este recinto no puedes llevar cámaras, alimentos, o bebidas y las bancas son de cemento, por lo que, si buscas algo más cómodo, la Arena México es mejor opción.
Adicionalmente, si quieres comprar algún souvenir, encontrar el mejor lugar, comer algún snack o beber algunas cervezas antes de la función, lo mejor es llegar temprano.
Si estás fuera de la Ciudad de México, eso no es excusa, hay otros puntos como los que te mencionaremos a continuación a los que puedes acudir para ver una buena pelea de lucha libre mexicana, y estos son:
Como ves, detrás del significado de las máscaras en la lucha libre mexicana hay algo que no ves en ningún otro deporte: una mezcla de teatro, mitología y pasión popular que convierte cada función en una mini fiesta nacional.
Ir a una arena es como entrar en una dimensión paralela en donde hay máscaras por todas partes, familias enteras disfrazadas y la posibilidad de ver, a solo unos metros, una lucha que podría marcar el final (o inicio) de una leyenda.
Tips finales para tu visita: Lleva efectivo en billetes pequeños, pues, dentro del recinto hay souvenirs, botanas, cervezas y hasta réplicas de máscaras oficiales que no venden online.
Asimismo, recuerda que los mejores asientos no siempre son los más caros, ya que, en muchas arenas, la sección general elevada ofrece una mejor vista panorámica del ring y el ambiente, a mitad de precio, así que no descartes esta posibilidad.
¿Listo/a para disfrutar de este espectáculo?