31 agosto, 2024
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11:15am
En el corazón de Nayarit, donde las montañas se visten de verde y el aire huele a tierra mojada, se alza Jala, un pueblo que guarda un secreto ancestral: la cosecha de los elotes más grandes del mundo.
Pero no se trata de un simple producto agrícola, sino de un símbolo de identidad, una fuente de orgullo para sus habitantes y una curiosidad que atrae a visitantes de todas partes.
En este artículo, nos adentraremos en el mundo de los elotes de Jala, explorando cómo se han convertido en un símbolo de la región y cómo su cultivo ha impactado la economía local.
Jala te invita a perderte en sus calles, a descubrir sus tesoros ocultos, a sentir la magia que se respira en el aire, a vivir una experiencia que te hará volver al mundo con el corazón lleno de paz y el alma renovada.
Además, cuenta con un volcán que lo hace un pueblo aún más peculiar, sumado al hecho de que su gente se caracteriza por ser amable y trabajadora, donde impera una vida llena de paz y armonía.
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Un pueblo mágico que te cautivará con su encanto único, la magia de Jala se encuentra también en las artesanías que nacen de las manos de artesanos talentosos, en las tradiciones que se transmiten de generación en generación y en la hospitalidad de su gente, que te recibe con los brazos abiertos y una sonrisa cálida.
Fue fundada aproximadamente en el año 1530 por conquistadores españoles, sin embargo, antes de ello ya había asentamientos que se cree datan de más de 1000 años, aunque bien es cierto que este lugar anteriormente era conocido como”Xala” producto de una arena que abundaba allí, pero que con las erupciones del volcán fue desapareciendo.
A través de diversas actividades económicas, como la agricultura y la ganadería, a mitad del siglo XIX, el pueblo obtuvo gran auge y prosperidad, a la que se debe agradecer la presencia de esas casonas y espacios que hoy en día se observan en el pueblo y que le dan esa característica tan particular.
Puedes tomar la autopista Tepic-Guadalajara (también conocida como la autopista 15D) y salir en el entronque de Jala.
Otra alternativa es tomar la carretera federal 15, que es libre de cuota. Esta ruta también te llevará directamente al municipio de Jala.
Existen varias líneas de autobús que te pueden llevar a Jala desde diferentes puntos, como Zapopan o Guadalajara.
Igualmente, puedes buscar el mapa de Jala, Nayarit en Google Maps y encontrar su ubicación fácilmente si decides ir en carro particular.
Cada año, en el corazón de este pueblo, hay una transformación en un reino dorado dedicado al maíz, pues se celebra una de las tradiciones de Jala, Nayarit: la Feria del Elote, la identidad de este pueblo mágico, que se convierte en un carnaval de sabor, tradición y alegría que atrae a visitantes de todas partes.
La Feria del Elote es una celebración que no solo exalta la belleza y la grandeza de la mazorca, siendo la muestra más evidente de la fertilidad de la tierra, sino que también celebra el espíritu de un pueblo que se enorgullece de su herencia y su cultura.
Es un espacio donde los artesanos muestran sus habilidades, los grupos musicales locales deleitan con sus melodías y los niños juegan entre las carpas, deportes y los juegos mecánicos.
Cada una de las calles se visten de fiesta, el aroma a maíz asado se mezcla con la música de banda y los colores de los puestos de comida llenan el ambiente de un colorido vibrante, donde las familias se reúnen para disfrutar de los platillos típicos preparados con el maíz; desde esquites y elotes a la diabla hasta tamales y atoles.
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No solo se trata de degustar las mazorcas gigantes que dan fama a Jala, sino de vivir una experiencia única que fusiona la cultura, la gastronomía y la tradición, ya que además de hacer este festival, se celebra a la virgen de la Asunción.
Se encuentra a tan solo 12.6 kilómetros del pueblo de Jala y en su cima se alza una cruz blanca, símbolo de fe y esperanza, que ha acompañado a sus habitantes durante generaciones.
La leyenda cuenta que la cruz fue colocada en ese lugar hace siglos, como una señal de protección y un recordatorio del espíritu religioso que siempre ha caracterizado a la comunidad.
Subir al Cerro de la Cruz es una experiencia que conjuga el ejercicio físico con un viaje introspectivo. Mientras recorres el sendero que te conduce entre la vegetación, puedes sentir la energía del lugar, la historia que emana de cada piedra, cada árbol y cada rincón.
A lo largo del camino verás diversas cruces, un total de 14, representativas del viacrucis y sus respectivas estaciones, y ya en la cima, hay tres más, una de ellas más grande con un Cristo, donde el silencio te envuelve como un manto de paz que te invita a reflexionar, a conectar con la naturaleza y a sentir la energía del lugar.
Esta joya arquitectónica, construida entre 1856 y 1912 es uno de los principales atractivos del municipio, un templo que no solo es un símbolo de la fe católica, sino también un testimonio vivo de su riqueza cultural e histórica.
La basílica, erigida en piedra de cantera de diversos colores como rosa, amarillo y verde, es una mezcla de estilos que incluyen el neobarroco y el neoclásico. Las paredes, adornadas con frescos y pinturas que representan escenas bíblicas, te llevan sin querer a un mundo de fe y espiritualidad.
Su diseño único, con una sola torre ubicada en el centro del conjunto, la distingue de otras iglesias de la región, que al cruzar sus puertas, te recibe un ambiente de paz y recogimiento.
El altar mayor, dedicado a la virgen de la Asunción es un punto focal de devoción donde los fieles acuden a pedir protección y a agradecer favores recibidos, pues cada 15 de agosto, estos acuden en peregrinaje para celebrar las festividades en honor a la virgen, una imagen tallada en madera que data de principios del siglo XVIII.
Un lugar donde la naturaleza se muestra en todo su esplendor, donde el agua se precipita desde lo alto, también conocida como la “Cola de caballo”, es un destino turístico que ofrece una experiencia única de conexión con la naturaleza, y para conocerla debes recorrer aproximadamente un kilómetro, pudiéndolo hacer a caballo o a pie.
El camino hacia el salto es una aventura en sí mismo, en la cual atravesarás caminos de tierra roja, rodeados de una vegetación exuberante. También, verás las ruinas de un ferrocarril antiguo, y al llegar encontrarás la cascada caer desde una altura de más de 30 metros, creando una cortina de agua cristalina que cae con fuerza sobre la roca, formando una piscina natural de color turquesa.
A medida que avanzas, además de ver los pequeños arroyos provenientes de la cascada principal y otras más pequeñas, también podrás disfrutar de la variedad de flora y de fauna autóctona de esa zona montañosa.
¡No olvides llevar ropa y calzado adecuado para todo el camino, además de agua potable para mantenerte hidratado/a!
En Ixtlán del río, Nayarit, puedes vivir esta aventura única con un Canopy Tour, una experiencia que te conectará con la naturaleza de una manera totalmente diferente, pues en medio de la exuberante vegetación, se han instalado cables de acero que te permitirán deslizarte entre árboles centenarios, con vistas panorámicas que te dejarán sin aliento.
Cada plataforma te ofrece una vista diferente, un nuevo ángulo para apreciar la belleza del entorno, y desde arriba, puedes observar la fauna y flora local, los ríos que atraviesan la selva y el horizonte que se pierde en la distancia.
Los guías locales, expertos en la selva, te contarán sobre la flora y fauna del lugar, la importancia de la conservación del ecosistema y te enseñarán a apreciar la belleza y la fragilidad de este lugar.
Además de las tirolesas, también podrás atravesar puentes tibetanos, hacer rapel, acampar, practicar escaladas verticales, entre muchos otros deportes extremos que te dejarán alucinando, siendo estas actividades que puedes disfrutar solo o con tu grupo familiar.
Los Toriles es un fascinante sitio arqueológico ubicado en el estado de Nayarit, México. Este antiguo asentamiento indígena data de más de 8 siglos de antigüedad y fue uno de los centros urbanos más importantes de la región occidental del país durante la época prehispánica.
Los Toriles, un nombre que evoca imágenes de ganado y de la vida rural, guarda en realidad los restos de una ciudad prehispánica que se desarrolló entre los años 600 y 1300 d.C. Era un lugar donde la arquitectura, el arte y la cultura de los Aztatlán se fusionaron con la exuberante naturaleza de la región.
Al ingresar a la zona arqueológica te recibe un ambiente de misterio y de fascinación, pues las estructuras, construidas con piedra volcánica, se alzan sobre la tierra, contando historias de un pasado glorioso. Los patios, las plataformas y los templos te transportan a una época donde la vida giraba en torno a la agricultura, la religión y la organización social.
Además, es un sitio aún en proceso de investigación, que ofrece una oportunidad única para conocer la historia de los Aztatlán, donde puedes observar las pirámides que se erigen majestuosas, los patios ceremoniales que se utilizaban para las ceremonias religiosas, y las casas que albergaban a los habitantes de la ciudad.
En resumen, tiene Jala Nayarit, gastronomía única, además, es un destino espectacular que merece ser visitado por todos aquellos que aprecian la riqueza de la agricultura, la hermosa naturaleza y la cultura mexicana.
Ahora ya sabes qué hacer en Nayarit y que con su concurso anual del elote más grande del mundo podrás probar parte de su gastronomía, además de disfrutar varias actividades divertidas que harán memorable tu estadía en la ciudad.
¡No te pierdas la oportunidad de visitar este increíble lugar! ¡Reserva ya con nosotros y explora con calma cada uno de los sitios de este pueblo que están esperando a que los descubras!
