San Juan de Ulúa, un lugar lleno de historia y misterios | Hoteles Emporio

San Juan de Ulúa, un lugar lleno de historia y misterios

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Visitar el Fuerte de San Juan de Ulúa es algo imprescindible en tu visita a Veracruz, ya que es un silencioso testigo de la historia del Puerto de Veracruz desde hace más de 500 años. Entre sus muros, habitan miles de historias, los cuales han servido para distintos usos como: muelle, cuartel militar, prisión de alta seguridad, bodega de almacenamiento para mercancías y hasta sede del gobierno federal. 

Este fuerte fue construido en 1535, con una sólida base de piedra coralífera marina sobre un islote, usado desde la época precolombina como adoratorio al dios Tezcatlipoca. Para finalizar la construcción tardaron más de 300 años, ya que le fueron añadiendo fortificaciones para defender a la ciudad de invasiones piratas o extranjeras. Además, cuenta con 4 baluartes, los cuales estaban unidos entre sí por cortinas de piedra complementadas con una estructura en de forma triangular, antiguamente se instalaba en ellos la artillería necesaria para salvaguardar la fortaleza. 

 

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En este islote, fue descubierto un templo con 5 cuerpos sacrificados, con el pecho abierto y sin corazón. Cuando se les preguntó a los indígenas el motivo de esta atrocidad, dieron a entender que así lo mandaban los culhua, quiénes aparentemente eran los encargados de llevar a cabo los rituales y sacrificios humanos. 

Su nombre viene de una combinación de vocablos indígenas y españoles. “San Juan” por el conquistador Juan de Grijalva, quién desembarcó precisamente el día de San Juan desde la Isla Ferdinanda, ubicada en Cuba. Y “Ulúa”, palabra que proviene del vocablo “culhua”, malentendido por los españoles, quedando como Ulúa. 

La primera parte que fue construida fue un muro conocido como “de las argollas”, el cual protegía del viento a los navíos, los cuales eran sujetados a cada argolla hecha de bronce de hasta 300 kg de peso. Lamentablemente, de las 36 que habían originalmente, solo queda 1 de ellas. 

A este fuerte, en 1568 llegaron 6 embarcaciones comandadas por los corsarios Sir John Hawkins y Sir Francis Drake, argumentando que necesitaban realizar una parada para reparar las naves que habían sido dañadas luego de atacar y vender esclavos en Riohacha y Santa Marta, hoy conocido como Colombia. Así mismo, el holandés Laurens de Graff, conocido como Lorencillo, también llegó al Puerto de Veracruz para asediar la ciudad, en lo que fue conocido como la ocupación más sangrienta de la época colonial.  

Por muchos años, el Fuerte de San Juan de Ulúa fue una de las cárceles más siniestras de todo el país. Esto, debido a que las condiciones de los presos eran inhumanas, con plagas de roedores e insectos y la falta de instalaciones sanitarias., es por que era conocido como “el lugar más sucio de Veracruz”.

Las celdas, de techo cóncavo y 160 metros cuadrados, estaban construidas con argasma (una mezcla de agua, arena, conchas y aglutinantes naturales como huevos de aves), lo cual producía que fueran demasiado húmedas, además del calor y ambiente tropical que hay en esta ciudad. Cada una de las celdas podía tener hasta 200 presos y las temperaturas podrían alcanzar hasta los 60 grados centígrados, lo cual creaba cientos de enfermedades e infecciones bacterianas.

Se dice que aquellos que llegaban a estar presos dentro de esta prisión, eran condenados a conocer el infierno. Los abusos y las torturas hacia los prisioneros terminaban con su mente y espíritu mucho antes de llegar a su muerte, el que no acababa en la locura moriría de malaria, tuberculosis y cualquier tipo de enfermedad gastrointestinal. 

Debido a su ubicación, el agua del mar se metía constantemente a estas celdas, por lo que los prisioneros debían permanecer de pie y empapados. Hay quienes afirman que el oleaje llegaba hasta los techos, donde se formaban estalactitas y salitre. Un dato curioso y escalofriante de esto es que, las estalactitas formaban parte de una de las torturas que recibían los presos: colocaban al preso encadenado bajo una de ellas, con el fin de que, gota a gota del agua salitrosa, se le perforará el cráneo. 

Para llegar a las celdas se tenía que cruzar el Puente del Último Suspiro, también conocido como el “puente sin retorno”. 

 

 

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Durante distintos gobiernos, muchos políticos utilizaban la prisión para enviar a sus adversarios, de hecho, existe una larga lista de personajes conocidos como: Fray Servando Teresa de Mier, los hermanos Flores Magón, Agustín de Iturbide, Francisco Javier Clavijero y hasta Benito Juárez, ¿puedes creerlo? Sí, Benito Juárez estuvo detenido durante 11 días en esta cárcel en 1853. 

Existen varias leyendas interesantes sobre presos que lograron fugarse, como “la mulata de Córdoba” o “Chucho el roto”, las cuales puedes conocer a fondo durante tu visita guiada por este lugar escalofriante. 

 En el año 1601 se construyó el primer piso de la conocida “Casa del Gobernador”, donde residía el administrador de las incontables riquezas que se guardaban en las bodegas del fuerte, las cuales eran enviadas a la corona española. Esta casa, fue residencia de Porfirio Díaz durante algún tiempo años más tarde, quien zarpó rumbo desde aquí al exilio a Francia después de haber ejercido su dictadura por 34 años. 

Para 1821, año en que se consumó la independencia mexicana del dominio español, la fortaleza se convirtió en el último sitio donde se resguardaron algunos de los militares españoles, sin embargo, en 1825 finalmente se rindieron y hasta el año 1838 el ejército francés ocupó el fuerte para la famosa “Guerra de los pasteles”.

Venustiano Carranza firmó un decreto en 1915 para que durante los siguientes 100 años ningún gobierno pudiera utilizar el Fuerte de San Juan de Ulúa como prisión, y dos años más tarde, en 1917 la constitución fue escrita en este lugar por él. 

Queda claro que este lugar, además de ser una construcción arquitectónicamente impresionante es uno de los lugares más espeluznantes y terroríficos de todo el país. Sin embargo, es también uno de los símbolos más importantes y reconocidos a nivel nacional por haber defendido 4 veces a la soberanía: la rendición de las últimas tropas españolas en 1825, el ataque a las tropas francesas durante la Guerra de los Pasteles en 1838, el ataque a las tropas norteamericanas en la Guerra de Intervención Estadounidense en 1847 y finalmente la defensa ante el desembarco de las tropas estadounidenses en 1914. 

En tu visita, no olvides hacer el recorrido guiado para que puedas conocer a fondo la historia y las leyendas que habitan en este lugar, además de entrar a las celdas abiertas al público.