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Publicado el:
1 diciembre, 2025 | 12:38pm
¡Ya se siente la emoción! La Selección Mexicana Mundial 2026 está a la vuelta de la esquina y los corazones tricolores laten con fuerza. México será coanfitrión del torneo más importante del planeta y todos los aficionados sueñan con noches épicas llenas de goles, atajadas y jugadas que les hagan saltar de emoción.
Si eres fan del fútbol, seguro recuerdas la chilena de Manuel Negrete contra Bulgaria en 1986, o el gol de Cuauhtémoc Blanco frente a Bélgica en 2002. Son momentos que hicieron que todos gritaran de alegría y que todavía hoy les ponen la piel chinita a todos. ¿Quién no ha revivido esos instantes una y otra vez con los amigos en la charla del domingo?
Ahora, la historia nos llama de nuevo. La Selección Mexicana se prepara para brillar en casa, con el reto de dejar huella en el Mundial 2026 y añadir nuevos capítulos memorables a su rica historia futbolística. ¡Y vaya que tiene con qué!
Hablemos de los verdaderos íconos, esos que hicieron historia y que cada aficionado mexicano conoce y respeta. Aquí un repaso de algunos de los jugadores emblemáticos de la Selección Mexicana, con logros que los hacen inolvidables:

Cada uno de estos jugadores no solo dejó su nombre en la historia, sino que construyó momentos que la afición recuerda con pasión. La combinación de goles, copas ganadas y récords explica por qué son íconos eternos mientras la afición se prepara para soñar con lo que traerá la Selección Mexicana Mundial 2026.
Al hablar de la Selección Mexicana, hay nombres que no se olvidan, jugadores que marcaron generaciones y dejaron momentos imborrables en la historia del Tri. Aquí te contamos cuáles son, cómo surgieron y cómo se convirtieron en verdaderas leyendas.
El portero de los Pumas, Atlante y Cruz Azul revolucionó la portería mexicana con su estilo único y atrevido. Desde que debutó en los años 80, Campos no solo atajaba; también participaba en el juego con los pies, adelantándose como un defensor más, creando peligro en el área rival y dando espectáculo en cada partido.
En el Mundial de Estados Unidos 1994, sus intervenciones fueron épicas, ya que detuvo disparos de Noruega, Irlanda e Italia, y sus lances espectaculares contra Bulgaria y Corea del Sur siguen siendo recordados. No solo por sus atajadas es un excelente jugador, también por su carisma, sus coloridas camisetas, su presencia que encendía a la afición y por cambiar para siempre la forma de ver a un portero mexicano.
Claudio Suárez es sinónimo de liderazgo y constancia. Debutó en la selección en 1994 y rápidamente se convirtió en un pilar defensivo. Su imponente presencia y su capacidad para organizar la defensa lo hicieron indispensable en los mundiales de 1994, 1998 y 2002.
Con más de 177 partidos con México, “El Emperador” ganó respeto internacional por su solidez y serenidad en los momentos clave. Además, levantó la Copa Oro en 1996 y 1998, demostrando que su influencia iba más allá de los mundiales, dejando una huella imborrable en la historia del Tri.
Rafael Márquez es uno de los defensas más completos que ha dado México. Debutó en 2002 y rápidamente se consolidó como líder del equipo. Su elegancia, visión de juego y capacidad para jugar tanto de defensa central como de mediocampista defensivo lo hicieron un referente mundial.

Participó en cinco mundiales consecutivos (2002-2018) y jugó más partidos que cualquier otro mexicano en mundiales, con 19 encuentros disputados. Ganó tres Copas Oro y la Copa Confederaciones 1999, y su capacidad para anotar en momentos importantes hizo que su legado trascendiera generaciones.
Fernando Quirarte brilló en los años 70 y 80 como defensa sólido del Tri. Fue un líder en la zaga y su personalidad dentro del campo lo convirtió en un referente de disciplina y carácter. Participó en el Mundial de 1986, organizado en México, donde sus actuaciones ayudaron al equipo a alcanzar los cuartos de final, dejando claro que su presencia era indispensable.
Ramón Ramírez se destacó por su velocidad y creatividad en el medio campo. Debutó en la selección en los años 90 y rápidamente se convirtió en un jugador determinante, especialmente en la Copa América y eliminatorias mundialistas. Sus goles y asistencias marcaron momentos clave en torneos internacionales, y su técnica con el balón lo convirtió en un ícono del fútbol mexicano de su generación.
Miguel España fue un mediocampista defensivo que combinaba recuperación de balón con toque preciso. Formó parte de la generación de los años 80 y 90, participando en mundiales y torneos internacionales donde se destacó por su disciplina táctica y liderazgo silencioso. Su aporte al equipo fue crucial para dar equilibrio al Tri y permitió que otros jugadores ofensivos brillaran.
Si algo sabe hacer la Selección Mexicana, es hacernos gritar hasta quedarnos sin voz. A lo largo de su historia, el Tri nos ha regalado goles que quedaron grabados en la memoria colectiva: momentos en los que el país entero se detuvo, contuvo el aliento y luego explotó en un rugido que aún resuena en los estadios y en los corazones de los aficionados.
Corría el minuto 34 del partido contra Bulgaria en el Mundial de 1986, y el Estadio Azteca fue testigo de una de las joyas más bellas del fútbol mundial. Manuel Negrete, con una coordinación perfecta, conectó una chilena inolvidable que se coló en el ángulo.

De hecho, esta jugada fue elegida por la FIFA como el mejor gol en la historia de los mundiales hasta 2018, lo que puso su nombre en el radar internacional del futbol, haciendo que quedara registrado como una de las figuras históricas del fútbol mexicano y uno de los jugadores de la Selección Mexicana más importantes en la historia.
El Mundial de Francia nos regaló otro momento mágico. Luis Hernández, el “Matador”, se convirtió en una de las grandes estrellas mexicanas del fútbol al marcar cuatro goles en el torneo, incluyendo dos decisivos frente a Corea del Sur y Holanda.
Su garra, velocidad y olfato goleador hicieron soñar a todo México con llegar más lejos que nunca. Ese bigote y esas celebraciones siguen siendo parte del ADN tricolor.
La noche del 17 de junio de 2010 en Polokwane quedó grabada en oro. Javier “Chicharito” Hernández, con apenas 22 años, recibió un pase filtrado y encaró al legendario portero Hugo Lloris. Un amague, un disparo certero y golazo.
México ese día venció 2-0 a Francia y el joven delantero se consagraba como uno de los jugadores mexicanos destacados de todos los tiempos. Ese tanto no solo valió tres puntos; encendió una nueva generación de esperanza.
¿Cómo olvidar ese 17 de junio en Moscú? Hirving Lozano, con una jugada de ensueño tras una asistencia de Chicharito, venció a Manuel Neuer y desató la locura: México 1 – Alemania 0. El campeón del mundo caía ante el Tri y el grito de “¡Sí se puede!”, retumbaba en todos los rincones del planeta.
Ese gol fue mucho más que una anotación; fue una declaración de orgullo, fe y una prueba de que las estrellas mexicanas del fútbol están listas para brillar en cualquier escenario.
Después de recordar a los gigantes que construyeron la historia del Tri, llega el momento de mirar hacia adelante. El camino de la Selección Mexicana rumbo al Mundial 2026 ya está en marcha, y una nueva generación de futbolistas se perfila para tomar el relevo de las leyendas que marcaron época.
El técnico nacional trabaja en una plantilla que combina experiencia y juventud, con jugadores que destacan por su visión táctica, velocidad y mentalidad ganadora. Desde defensas sólidos hasta mediocampistas creativos y delanteros explosivos, todos buscan ganarse un lugar entre quiénes jugarán el Mundial 2026 con México.
Entre ellos también emergen las promesas del fútbol mexicano 2026, jóvenes talentos que están brillando en ligas nacionales e internacionales y que podrían ser la gran sorpresa en el torneo. ¡Conócelos y descubre por qué podrían ser las próximas estrellas que representen a México en el Mundial 2026!
En toda gran historia hay pilares que sostienen el sueño. En el caso de la Selección Mexicana rumbo al Mundial 2026, esos pilares son los futbolistas que han cargado con la responsabilidad de liderar dentro y fuera del campo. No solo son referentes por su talento, sino por su mentalidad, experiencia y amor por la camiseta verde.
Con más de 140 partidos defendiendo la portería del Tri, Ochoa sigue demostrando por qué es una de las figuras históricas del fútbol mexicano. Desde Alemania 2006 hasta Qatar 2022, su liderazgo se ha forjado en los momentos más tensos, esos en los que sus reflejos y temple calman a todo un país.
Para muchos, su presencia simboliza la confianza y seguridad de un equipo que busca trascender en casa.
Capitán en el West Ham y pieza clave en la Selección, Edson ha madurado con paso firme. Es de esos jugadores que no necesitan hablar mucho para imponer respeto. Su labor como mediocampista defensivo y su capacidad para adaptarse a distintos esquemas lo convierten en un referente natural que en cada partido deja claro por qué está entre los jugadores mexicanos destacados de la actualidad.
A pesar de su paso por distintas ligas y el cambio generacional que vive la selección, Herrera sigue siendo ese jugador que ordena, grita, acomoda y da ejemplo. Su visión de campo y lectura del juego aportan equilibrio en momentos clave.
Es uno de los jugadores de la Selección Mexicana más importantes en la historia reciente, símbolo de constancia y compromiso.
Las lesiones pudieron frenar su ritmo, pero no su instinto. Raúl es de esos delanteros que siempre encuentran la forma de reinventarse, que cuenta con un olfato goleador y capacidad para asociarse con sus compañeros, cualidades que lo mantienen vigente como una de las estrellas mexicanas del fútbol que puede marcar la diferencia en el próximo Mundial.

La Selección Mexicana Mundial 2026 cuenta con una generación de talentos que están listos para brillar y, en algunos casos, sorprender al mundo. Estos jugadores destacan por su madurez, capacidad técnica y proyección internacional, y podrían ser para el México Mundial 2026 jugadores clave.
A continuación, un vistazo a algunos de los nombres más prometedores:
Estos jóvenes no solo representan el futuro inmediato del Tri, sino que son un reflejo de la renovación y ambición del fútbol mexicano. Con su talento, podrían convertirse en los protagonistas que ilusionen a la afición y lleven a México más allá de sus límites históricos en la Copa del Mundo.
El camino hacia el Mundial 2026 para la Selección Mexicana es especial porque México es uno de los países anfitriones, junto con Estados Unidos y Canadá. Esto significa que no tuvieron que jugar eliminatorias clasificatorias de la Concacaf, lo que les dio más tiempo para prepararse.
El torneo se jugará del 11 de junio al 19 de julio de 2026, y el Tri debutará en el Estadio Azteca de la Ciudad de México.
Hasta ahora, México tiene seis partidos oficiales programados antes del Mundial, todos amistosos y dentro del calendario de la FIFA entre octubre y noviembre de 2025.
De hecho, el entrenador Javier Aguirre eligió enfrentar solo a equipos ya clasificados para el Mundial, como Colombia, Ecuador, Uruguay y Paraguay a modo de simulación para que los jugadores puedan sentir la presión real del torneo y probar estrategias que les permitan prepararse mejor para lo que se viene.
El primer partido fue contra Colombia el 11 de octubre en Dallas, Texas, donde México cayó 4-0 ante la selección colombiana que llegó al mundial mediante una sólida campaña en las eliminatorias sudamericanas.
Luego, el 15 de octubre, se tenía programado un juego contra Ecuador en Guadalajara y quedaron ambos con empate de 1-1.
A diferencia de lo que se había comentado en algunos medios, ni Ecuador ni Paraguay clasificaron al Mundial mediante un repechaje ante Egipto. Ambos equipos lograron su boleto de forma directa a través de las eliminatorias de la CONMEBOL, donde ocuparon posiciones dentro del grupo de clasificados sin necesidad de repechaje intercontinental.
En noviembre, México enfrentará a Uruguay el día 15 en Torreón y cerrará su preparación el 18 contra Paraguay en San Antonio, Texas. Uruguay llega con el liderazgo de jugadores de experiencia y jóvenes promesas, mientras que Paraguay busca consolidar una nueva generación que lo devolvió al Mundial tras varias ediciones de ausencia.
Además de estos, hay planes para otros partidos amistosos en marzo de 2026, como un posible encuentro contra Portugal en Monterrey. Esto sería para probar más tácticas y generar entusiasmo. La preparación incluye entrenamientos intensivos en agosto y febrero de 2025, donde se integran jóvenes talentos. En total, es una ruta de partidos y prácticas para llegar listos al Mundial.
La Selección Mexicana Mundial 2026 llega con una mezcla de ilusión, emoción, pero también con presión, ya que jugar en casa implica una enorme responsabilidad. No solo es competir, sino hacerlo con autoridad ante su público.
No obstante, el panorama no es sencillo, pues la competencia internacional está más fuerte que nunca, y dentro de la misma Concacaf, rivales como Estados Unidos y Canadá han crecido exponencialmente.
México ha disputado 16 Mundiales, y solo en 1970 y 1986 (también como anfitrión) alcanzó los cuartos de final. La expectativa de repetir o superar ese logro genera una presión constante sobre el grupo. Javier Aguirre, consciente de ello, ha optado por un trabajo centrado en la disciplina táctica y la mentalidad competitiva, más que en promesas.
Uno de los mayores retos es el manejo de la carga de trabajo. Muchos jugadores mexicanos militan en Europa o disputan calendarios intensos en la Liga MX, lo que aumenta el riesgo de lesiones y fatiga. Para mitigarlo, la Federación Mexicana de Fútbol ha acordado liberar a los convocados antes del final de la liguilla, permitiendo un mes completo de concentración previa al torneo.
La preparación ha sido planificada en fases. En agosto de 2025 se realizó un primer microciclo enfocado en probar jóvenes promesas y nuevas variantes tácticas. El siguiente, en febrero de 2026, servirá para ajustar la lista final.
Durante estas sesiones, el cuerpo técnico emplea herramientas GPS y análisis de datos para medir resistencia, recuperación y rendimiento individual.
El líder técnico Javier Aguirre ha priorizado amistosos ante selecciones ya clasificadas al Mundial, como Colombia, Ecuador, Uruguay y Paraguay, para mantener el ritmo competitivo y probar esquemas frente a oponentes de diferentes estilos.
Estos duelos sirven también para evaluar cómo responde el grupo bajo presión, algo vital pensando en los escenarios mundialistas.
El Tri busca un estilo de juego que combine solidez defensiva y agresividad ofensiva. Aguirre ha dejado claro que no se trata de dominar la posesión, sino de ser efectivos, por eso, apuesta por la experiencia de jugadores consolidados y el ímpetu de figuras jóvenes como Santiago Giménez, Gilberto Mora y Obed Vargas, quienes aportan energía y nuevas opciones al mediocampo.
En conjunto, México encara un proceso de madurez y reajuste. Los desafíos son grandes; desde la presión, lesiones, hasta la adaptación táctica, pero el trabajo estructurado del cuerpo técnico y la calidad emergente del plantel invitan al optimismo. El objetivo es claro: que la preparación no solo llene calendarios, sino que construya un equipo capaz de competir de verdad en casa.
El legado de la Selección Mexicana es un tesoro de pasión, resiliencia y talento que ha inspirado generaciones. Desde su primera participación en 1930, el Tri ha disputado 16 Copas del Mundo, destacándose en 1970 y 1986 como anfitrión al llegar a cuartos de final.
Figuras como Rafael Márquez, Javier Hernández y Andrés Guardado han marcado el siglo XXI, con Márquez liderando en cinco Mundiales y Hernández como máximo goleador histórico con 52 tantos. Este legado incluye 13 Copas Oro, récords de participación consecutiva desde 1994 y hazañas como el gol de oro de Cuauhtémoc Blanco en 1999.
Más allá de títulos, el Tri simboliza unidad nacional, uniendo a mexicanos en momentos de alegría y orgullo. Jóvenes promesas como Santiago Giménez continúan esta herencia, asegurando que el fútbol mexicano siga evolucionando y dejando huella global.
El Tri representa mucho más que un equipo: es un símbolo de identidad nacional para México, donde el fútbol une culturas, genera esperanza y fortalece el orgullo patrio. Para el mundo, México es uno de los países más influyentes en la FIFA, con aficionados apasionados que llenan estadios y crean atmósferas inolvidables, elevando el espectáculo global.
Como coanfitrión del Mundial 2026, el Tri demuestra resiliencia y competitividad, habiendo enfrentado a potencias como Brasil y Alemania. Su impacto trasciende el campo, promoviendo inclusión y diversidad en el deporte, inspirando a comunidades y mostrando que el fútbol puede ser un puente cultural.
Por todo esto, la Selección Mexicana rumbo al Mundial 2026 encarna la unión de historia y futuro: desde los íconos que marcaron generaciones hasta las jóvenes promesas que buscan brillar en casa. Cada partido será una oportunidad para celebrar el talento, la pasión y el orgullo tricolor, creando nuevos momentos memorables para los aficionados.
Y para vivir la emoción del torneo con comodidad, sin prisa y estilo, puedes hospedarte en lugares que te permitan disfrutar cada partido sin prisas, como el hotel Emporio CDMX, donde la experiencia mundialista se vive al máximo.
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